hit counter

29.3.06

El Orgullo de Ser Politécnico

Hace más de 3 años, ingresé al Instituto Politécnico Nacional. Había estudiado previamente en escuelas no-dependientes del gobierno donde me habían formado como persona, con ideas y maneras de ver el mundo con las que estaba en mayoría conforme, pero al entrar al Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 3, del IPN, me encontré con un sistema distinto. Llegué con la mejor dispocisión para aguantar y entender.

Desde los primeros días me dí cuenta que no sería sencillo. Un sistema burocrático con maestros que parecían más interesados en hablar entre ellos que en hacer que sus alumnos entendiesen, un maestro que hablaba de ética y constancia con ideas contradictorias y que no hacía más que decirle directa o indirectamente a sus alumnos que se preparan porque nunca podrían llegar a donde querían sin adaptarse a lo que estaba previamente establecido. Desde el primer semestre, empecé a sentirme mal. Al entrar al tercero, odiaba esa escuela. Afortunada o desafortunadamente, encontré una razón para quedarme. Ocultando con hipocresía día a día todo lo que sentía continué hasta el final, harto de todo, no continué. No podía así.

Hoy tuve que regresar, y aunque estuve solo unas horas todo eso volvió a mi. Exactamente igual a como era antes, solo que ahora nada me une a ese lugar. Nunca fuí parte de esa escuela, de su gente, ni de su visión. Nunca sentí ni entendí lo que implicaba a otros pararse cada lunes a ver a un montón de gente gritar un lema que por más historia que quieran inventarle está hueco, cantar un himno que habla mucho de algo que siempre me causó repulsión o sentir orgullo de portar colores guinda, parches o botones. Y a la fecha, sigo con mis dudas de continuar en dicha institución, aunque intentaré de nuevo, en unos meses. Talvez entonces pueda comprender más esa frase que da título a este post, pero por el momento digo abiertamente que si me arrepiento de algo, es de haber gastado tres años de mi vida ahí dentro.

Probablemente ustedes, lectores de este weblog me odien por este post, me da igual. He de admitir que lo único que encontré en esa escuela que valía la pena, fué gente. Pocas personas, lo único que tuvo valor. Pero fuera de eso, todo lo demás puede irse al carajo.

...y sí, una vez más, quiero desmayarme.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

personas, en eso tienes razon yo tambien encontre personas que valieron la pena. La estancia en esa escuela y pues lo unico bueno que me dejo aparte de las personas fue recuerdos con personas talvez un poco de conocimiento aunque la verdad si he de ser sincero en esa escuela lo unico que aprendi fue matematicas y fisica en ninguna otra materia senti que aprendi algo nuevo y lo peor no calificaban conocimiento sino mas bien calificaban a ver quien era el mas sumiso que entregaba todo el montonal de trabajos y tareas inservibles, quien era el que se aprendia 50 formulas de memoria para un examen que el unico reto era presisamente eso el saber las formulas y como usarlas, calificaban al mas lambizcon, al que menos resongara, si estabas inconforme en algo te callas y te aguantas...... pero creo que al final de cuentas no solo es esta escuela mas bien es la educacion en mexico asi es nuestra educacion sea la escuela que sea

Anónimo dijo...

...PERSONAS...en eso coincidimos todos, mi historia va más allá del CECyT y llega hasta la superior, sintiéndome día con día, inconforme con el sistema, hubo sin embargo, maestros que no eran taaan parecidos a todos, pero eso no resuelve NADA, era como un puntito azul en una inmensa masa negra (no sé si me de a entender)...es decir, un poco más de luz, pero no lo suficiente para notarlo. Total...llegué a la superior y TODO fue PEOR (aunque pensé que eso no podría pasar). Por eso no estoy orgulloso de ser politécnico, ni de haber pertenecido a 2 de sus instituciones.

Anónimo dijo...

best regards, nice info
»

Lenin Magana dijo...

Estudien cocina o vayanse a un taller de talla de madera, el INTITUTO POLITECNICO NACIONAL no es para todos, entiendanlo!!