Tenía trece años cuando compré mi segundo disco de Green Day: International Superhits. Era la primera vez que exploraba el trabajo de una banda más allá de un solo disco y en general el resultado fue bueno, ya que el disco terminó dandome una lista de canciones rápidas, energéticas y geniales que eventualmente fueron adquiriendo un montón de historias independientes y ridículamente significativas en los años por venir, de entre las cuales siempre ha tenido un lugar especial Good Riddance.
La primera vez que la escuché me gustó sobre muchas de las otras, sólo por la música... luego la letra terminó de lograr un efecto que al final no podría describir de forma distinta a místico y especial, y tal vez fue de las primeras veces que sentí tal cosa con una canción. Sentir que tenía un poder capaz de cambiar una situación, de dar dirección o sentido a un momento.
Desde entonces, por varios años, cada vez que sentía que venía un momento determinante para mí la grababa (en un cassette primero, luego en un disco) y la llevaba para acompañarme. Cada vez que venía algo que realmente importara, estaba ahí, recordándome ideas simples y estúpidamente optimistas que en ese entonces no eran parte de mí. Cuidaba la canción, sólo la usaba realmente en momentos que sentía que lo requerían... pero eventualmente dejé de hacerlo. Razones hay muchas, pero ninguna tiene importancia realmente. Eventualmente dejé de escuchar a Green Day con frecuencia e incluso llegué a olvidar dicha canción por un largo tiempo.
Una noche, en Guaymas, tras conocer a varias personas, terminamos en un lugar pequeño cenando, rodeados de gente en una situación que en ese momento consideré circunstancialmente perfecta y completamente inesperada. Por primera vez en mucho tiempo, en el lugar que menos me lo hubiera esperado y con las personas que menos lo imaginaba, me sentí completamente en paz, parte de algo.
Un amigo dice que soy "como un muñeco de trapo en el hocico del destino", y tal vez sea cierto. Pero he de decir que sin importar cuantas situaciones jodevidas en las que parezca que todo se une para estar en mi contra existan, no importa siempre que siga habiendo también momentos tan maravillosos en los que todo sea parte de un instante tan perfecto como aquel, en el que compartiendo una noche con extraños que se sentían tan conocidos, en una situación tan inestable que se sentía completamente en orden, pueda haber un momento tan especial y único en el que la música ambiental del lugar ponga el premio final de la noche conmemorando el momento con un "it's something unpredictable, but in the end it's right. I hope you had the time of your life."
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