waitin' in vain

El veinticinco de diciembre pasado fue un día raro para mí. Desperté y me sentí tan ilusionado y alegre como cuando era niño al ver que Santa Volaris-Claus me había regalado boletos a 1 peso para el viaje que estaba próximo a hacer. Me levanté y estuve sintiéndome activo toda la primera mitad del día. Incluso llamé a un amigo (al que llamaremos Xiquez) para que fuera a la casa a perder el tiempo y jugar Wii, que se distrajera de la basura que había sido últimamente su vida en general.

Pasó la tarde y cuando empezaba a caer la noche fui por un poco de pavo, que comía en el frío del nuevo comedor, jugueteando con el tenedor entre la carne seca, bebiendo de mi ridícula taza de corazones mientras miraba las nochebuenas que empezaban a secarse. Entonces desde mi cuarto empieza a sonar Bob Marley, waitin' in vain. Veinte minutos de melodía. Mi mente unió todo y en un instante supe que tenía mucho tiempo que no me sentía tan solo. Esperando, como siempre. Talvez esa sea mi eterno problema, tener que esperar como ese día, esperar como ahora, esperar como lo he hecho toda mi vida... ojalá no incluya encontrar de nuevo que no todo llega sólo esperando.