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26.5.08

El jueves, después de muuuuuuuuucho tiempo, fui con Liliana al centro y finalmente tuve alguien con quien hablar un rato, aunque a fin de cuentas no lo hice mucho, pero fue un día bastante alegre. Entre los comentarios que hubieron, estuvo este blog. Ella me mencionó el abandono del suyo, justificándolo con la obtención de otros vicios quita tiempo de ese estilo... yo comenté que el abandono o actividad del mío viene directamente relacionado (según me he dado cuenta) con mi capacidad de comunicarme, ja.
En el tiempo, corto y glorioso, en el que no necesité nadie más a quien contarle lo que pasaba simplemente desaparecí esto... pero bueno, al final volví motivado por mis transtornos de sueño en crecimiento que ahora casi son un estilo de vida, lo cual me aisla casi completamente de la poca gente con la que sé (o creo) que puedo hablar y me dejan completamente solo divagando a la mitad de la madrugada... oh, sí. Esa es la razón al final....

En fin... vengo a escribir precisamente porque quería contar lo más extraño que me ha pasado en los últimos meses. Iba yo en el metro el sábado en la tarde, tenía que llegar a una reunión en el centro y ya iba tarde, entonces me la pasaba asomándome al andén en cada estación para ver el reloj y recordarme que tan tarde iba y que no podía ya hacer nada al respecto (mala costumbre mía, lo sé). Entonces en Boulevard Puerto Aéreo se sube una tipa como de 14 ó 15 años, toda "normal": pantalones de mezclilla, una blusa blanca sin estampados, cabello lacio largo... saben que soy malo para hacer descripciones... el punto es que se me queda viendo. Yo, paranoico como siempre, trato de hacer como que nada pasa y empiezo a voltear hacia la ventanilla pretendiendo que el maravilloso concreto viejo y las luces intermitentes de los túneles del metro son inmensamente geniales.

Así fue durante aproximadamente siete estaciones más, hasta que al llegar a Pino Suarez la tipa me señala y empieza a decir algo, yo me quito uno de mis audífonos para escucharla... "Estás escuchando a los Clash...", me dice... yo con mi mente bloqueada casi completamente le respondo que sí. La tipa toda feliz señala mi playera vieja y fea, me quita el otro audífono, se lo pone en el oido y sonríe aún más mientras empieza a cantar "juuuuuudgement day, juuuuuuudgement day", aplaudiendo para seguir el ritmo mientras hace un baile todo ridículo en el reducido espacio del tren en el que estaba. Luego me pide que cante la parte de Joe Strummer.

En ese punto, sólo podía pensar cosas del tipo "ah?!", cuando afortunadamente llegamos a I. La Católica, mi destino. Se lo dije a la tipa que me contestó con una frase que en realidad no escuché, me devolvió los audífonos y se despidió. Yo bajé del tren y huí tan rápido como pude, aún escuchando The Sound Of Sinners.

1 comentario:

Mónica dijo...

Vi la foto de tu fotolog, no la entendí y me intrigó, aunque no debería, pero bueno.. me quedé con ganas de decirte que tu historia de los audífonos se lee tan genial, ah! y que me di el gusto después de un buen tiempo de ir a un Mixup por la película de Los Amantes del Circulo Polar, gracias a tus menciones de ella en tu blog.
Saludos